martes, 23 de febrero de 2010

Sistema reproductor

Los sexos están separados. Los machos presentan conductos deferentes pares que transportan el esperma. El extremo anterior de cada conducto está enrollado para formar un epidídimo donde se almacena el esperma fabricado en los testículos alargados. El extremo posterior de cada conducto se expande para convertirse en una vesícula seminal. Las dos vesículas se pueden fusionar antes de vaciarse en la cloaca.
En el apareamiento los pterigópodos se sitúan muy juntos y se insertan en la cloaca de la hembra, formando un canal por dónde pasará el líquido seminal con los espermatozoides.
Los machos a menudo son agresivos y muerden a las hembras.
Todos los peces cartilaginosos tienen fecundación interna, pero la dependencia del embrión de la madre es muy variable. Los elasmobranquios ovíparos ponen huevos cargados de vitelo después de la fecundación. A menudo estos huevos van provistos de una cápsula córnea con zarcillos que se enganchan a objetos firmes (se llaman vulgarmente “bolsas de sirenas”)
Otros son ovovivíparos y retienen el embrión en el aparato genital de la madre y donde se nutre del saco vitelino hasta que nacen; mientras que en otros casos (vivíparos) se desarrolla una especie de “placenta” a través de la cual el embrión recibe nutrientes de la madre.
A veces puede producirse “oofagia” (una vez agotada la bolsa vitelina, los embriones más desarrollados se alimentan de los huevos no fértiles, con abundante vitelo) o el canibalismo intrauterino (los embriones más grandes y fuertes devoran a los más pequeños y débiles).
La retención prolongada de los embriones dentro del cuerpo de la madre fue una innovación importante que contribuyó al éxito evolutivo de estos peces.
Para proteger a las crías de la depredación de sus congéneres y para evitar la competición por el alimento, la mayoría de los tiburones realizan alguna forma de segregación por sexo o tamaño: los jóvenes quedan relegados a áreas específicas (“guarderías”), los machos y las hembras ocupan espacios diferentes, etc.
Estas son generalidades y diferenciaciones existentes entre los tiburones y los otros peces.

Aristoteles ya definió a los tiburones.

En el año 350 a.C Aristóteles escribió “Historia Animalium”, obra en la que por primera vez se hicieron observaciones empíricas sobre los animales.
El filósofo griego ya observó que los tiburones tenían, por ejemplo, las hendiduras branquiales expuestas al descubierto.
Aristóteles también describió las diferencias entre la natación de rayas y tiburones.
Una de las observaciones más curiosas que hizo Aristóteles hace referencia a la diferencia de los sexos
:
“en los peces cartilaginosos el macho, en algunas especies, está provisto de dos apéndices que cuelgan aproximadamente en la salida del “residium”, mientras que la hembra no está equipada de este modo; esta distinción entre los sexos se verifica en todas las especies de tiburones”.

¿Grandes tiburones?

Según el diccionario el tiburón es un “pez grande”…
Este concepto popular ha hecho que algunas personas piensen que los tiburones pequeños no son o no se les puede llamar tiburones.
Sin embargo, es lógico pensar que, por ejemplo, un perro pequeño es tan perro como uno grande y un tiburón debería poder ser llamado así independientemente de su tamaño si sus características morfológicas son las mismas.



Tiburón Nodriza, puede llegar a medir 4 m.




Tiburón Ballena, puede llegar a medir 18 m.

Dientes perfectos tras 400 millones de años de evolución.

La dentición tal vez es la diferenciación más fácil de observar con respecto a los otros peces.
Los grandes tiburones como el Gran Blanco o el Marrajo tienen varias filas de dientes que se asemejan a sierras y que van sustituyéndose a lo largo de su vida.
Cada especie de tiburón ha modificado durante millones de años su dentadura para adaptarla a su dieta específica.

domingo, 21 de febrero de 2010

Quimiorrecepción

Tienen un extraordinario sentido del olfato, hasta el extremo de que se les ha llegado a llamar “narices nadadoras”.
En efecto, la quimiorrecepcion (sentido del olfato y gusto) es extremadamente fina en estos seres vivos.
En el extremo anterior del morro y justo debajo del mismo, observamos los orificios nasales que se abren a unos espaciosos sacos cuyo interior contiene una gran cantidad de tejido altamente plegado y llenos de potentes detectores químicos. Estos sacos olfatorios se encuentran conectados a los bulbos olfatorios del cerebro, de gran tamaño y situados justo encima de los primeros.
Se calcula que como media un 70% de la masa cerebral de los escualos tiene misión olfativa.



Como es sabido, los tiburones hacen entrar constantemente el agua por su boca para oxigenar sus branquias; parte de esa agua fluye hacia el par de sacos olfatorios para salir posteriormente de ellos y también el movimiento hacia delante del pez hace entrar el agua en los pliegues nasales.
La función de estos repliegues seria la de conducir el agua de una manera más directa al interior de los sacos, los cuales se encuentran atravesados por la mitad por una membrana carnosa cuya función es la de separar el agua entrante y la saliente, de manera que ambas no puedan mezclarse (así, el tiburón recibe en cada instante una información detallada de lo que olfatea).
Todo esto hace que el aparato olfativo del escualo esté siempre en funcionamiento (el tiburón está siempre en movimiento o en zonas de corrientes).
Estudios científicos han demostrado que la parte posterior del cerebro también sufre ciertos cambios durante la estimulación olfativa: cuando se detecta un estímulo químico “atractivo”, se incrementa el ritmo del bombeo de agua a través de las aperturas branquiales; después, durante un corto espacio de tiempo y mientras el animal efectúa el ataque final a su presa, se cierran, confiriéndole una forma más hidrodinámica. Últimamente se ha observado que durante los estados de ayuno prolongado se les agudiza aún más dicho sentido.
Los primeros experimentos sobre este tema se realizaron en tiburones limón (Negaprion Brevirostris) a los que al presentarles bolsas cerradas cuyo interior contenía piedras y cangrejos (muertos), no tuvieron ningún problema para distinguirlas; pero si se les obstruía con algodón las fosas nasales, eran incapaces de distinguir entre los dos tipos de bolsas.
Otros experimentos que consistían en taparles los ojos, demostraron que podían encontrar alimento sin dificultades.
En el caso de los peces martillo, las fosas nasales se sitúan al extremo de cada lado de su “martillo”; cuando nadan, a cada golpe de cola, mueven su cabeza de un lado a otro para cubrir de esta manera un mayor espacio olfativo.
Actualmente las investigaciones se llevan a cabo con cantidades muy determinadas de ciertos productos químicos y bajo unas condiciones altamente controladas. Esto podría representar un problema, pues no sabemos si este comportamiento se puede extrapolar al que tendría el animal en estado salvaje.
Los productos químicos que les atraen producen cambios característicos en los órganos olfatorios y en la zona frontal del cerebro. Ciertos aminoácidos, algunas secreciones de peces y la hemoglobina de la sangre producen cambios en la actividad nerviosa; esto nos lleva al estudio de los repelentes, tales como el acetato de cobre.
Otros olores no le “dicen nada” pues no se ha observado reacción alguna ante ellos; éste es el caso de la orina humana.
Su sentido del olfato es finísimo, así el tiburón limón (Negaprion Brevirostris) puede detectar una parte de entre 25 millones en el caso de ciertos jugos que excretan los atunes.
En cuento a la forma de llegar a la fuente del estímulo químico, se han detectado distintos comportamientos, pudiendo decir en general que: los tiburones pelágicos pueden distinguirse a la fuente zigzagueando a través de un “pasillo olfativo”, comportamiento observado en los tiburones nodriza (Ginglymostoma cirratum).
O bien, pueden distinguirse directamente a la fuente a través de la corriente más fuerte que les traiga ese olor, esto ocurre en el tiburón limón y sus parientes cercanos.
Los tiburones bentónicos, que a menudo cazan animales enterrados en la arena o lo hacen en la oscuridad, van “husmeando” el lecho marino con ayuda de electrorreceptores, ya que sus repliegues nasales están muy desarrollados.

El sentido del gusto parece ser que se encuentra en la boca y la faringe, dando la posibilidad al animal de realizar una discriminación final de la comida antes de ser tragada.
De esta manera se han hecho experimentos con cebos inicialmente atractivos (calamares), pero antes de que sus jugos naturales hubiesen podido salir al exterior, se les había metido en alcohol, de manera que el tiburón acababa por no tragarlos.
Tal vez, este comportamiento está relacionado con el hecho de que en muchos ataques a humanos, el escualo no proseguía el ataque después del primer mordisco, podría ser que nuestro sabor no les guste.
También poseen otra serie de quimiorreceptores llamados “neuromastos libres” que se encuentran relacionados con los dentículos dérmicos modificados.
No están asociados con poros de la piel, ni son parte de su línea lateral, tampoco se asocian a las ampollas de lorenzini electrorreceptoras.
Se encuentran distribuidos en distintas zonas: en fila, justo debajo de la mandíbula inferior (se llama hilera mandibular); otra línea se sitúa en la base delantera de las aletas pectorales (la línea umbilical), el resto están repartidos por toda la superficie dorsal y normalmente no aparecen por debajo de la línea lateral.
Aún no se conoce bien la función de este sistema, pero se cree que son como unas “papilas gustativas” (hay que recordar que los tiburones a menudo, antes de iniciar el ataque, rozan a sus victimas) detectoras del movimiento del agua o detectoras de la salinidad.

viernes, 19 de febrero de 2010

Linea lateral.

El sistema de la línea lateral es un ligero surco que se extiende a lo largo del cuerpo del animal y que contiene un conducto alargado con numerosas y pequeñas aberturas a la superficie; dentro hay unas células muy sensibles a las vibraciones y corrientes de agua que se conectan con una rama del décimo nervio craneal. Les sirve para detectar objetos y animales en movimiento (presas).
En la cabeza se encuentran otros conductos sensoriales que se abren a través de poros y éstos conducen a una pequeña cámara llamada “ampolla de lorenzini” que contiene un electrorreceptor, de esta manera, los tiburones mediante la recepción de los campos eléctricos que hay en torno a todos los animales, pueden detectar presas localizadas en la arena.
El oído parece ser un órgano del equilibrio, posee tres canales semicirculares perpendiculares entre sí, como los vertebrados superiores.

¿Los amos del planeta?

Los tiburones llevan en el planeta más de 400 millones de años sin apenas modificaciones morfológicas, lo que demuestra su perfecta adaptación al medio marino.
Nosotros somos evolutivamente recién llegados en comparación con ellos.
Los tiburones son seguramente los verdaderos amos de este planeta azul que “flota” en la inmensidad del espacio.

Los sentidos.

Los tiburones poseen una excelente visión, estudios de laboratorios han demostrado que se sienten atraídos por los objetos brillantes y evitan los colores apagados.
Sus ojos tienen, como los de todos los vertebrados, iris, lente, y retina.
Se encuentran movidos por tres pares de músculos.
La retina contiene bastones y cono; parece ser que están adaptados a la luz tenue.
El tamaño y posición de estos ojos varía considerablemente: los tiburones relativamente inactivos, de aguas poco profundas, poseen ojos que normalmente miden menos del 1% de la longitud total del animal, mientras que las especies predadoras más activas poseen ojos bastantes más grandes.
La mayoría de los escualos no poseen párpados móviles, aunque algunos, como la familia de los Carcharínidos, presentan membrana nictitante que recubre el ojo en el momento de morder a sus presas para evitar daños.
No necesitan los párpados para lubricar los ojos, ni para reducir la cantidad de luz que les entra; abriendo y cerrando las pupilas, los tiburones regulan la cantidad de luz q necesitan.
Quizás, uno de los rasgos más remarcables de los ojos de estos seres vivos, sea una serie de placas reflectantes (el tapetum lucidum), situadas detrás de la retina; funcionan como espejo, reflejando de nuevo parte de la luz que ha entrado en el ojo hacia las células fotorreceptoras, así se incrementa la sensibilidad del ojo y se produce un brillo similar al que podemos observar en los gatos.
Las especies que habitan aguas muy cristalinas y muy luminosas pueden oscurecer el tapetum con pigmentos. La lente es casi esférica y rígida.
Algunas pueden enfocar objetos acercando o alejando la lente de la retina, de modo similar a como lo haría una cámara fotográfica.
Detrás de cada ojo hay un espiráculo.
Poseen un afinado sentido del olfato que utilizan para guiarse hasta sus presas.

Sistema digestivo, muscular, circulatorio, respiratorio y excretor.

SISTEMA DIGESTIVO.
Parece ser que las mandíbulas de los tiburones primitivos derivaron de una modificación del primer arco branquial y poseían poco movimiento. Probablemente fueron predadores pelágicos activos, pero sus largas mandíbulas y puntiagudos dientes estaban más adaptados para agarrar y desgarrar a sus presas que para cortar o serrar como ocurre en las formas más modernas.
Posteriormente las mandíbulas se acortaron, ganando en potencia y los dientes se modificaron para cortar y aplastar (lo que les permitió alimentarse de moluscos y otros invertebrados).
El paso evolutivo más importante fue la separación de la mandíbula superior del cráneo, permitió mayor movilidad y la posibilidad de poder proyectar la mandíbula hacia fuera.
La posición ventral de las mandíbulas de los tiburones modernos resultó del acortamiento de las mismas, junto a la expansión de la nariz.
Los dientes evolucionaron a partir de las escamas placoideas, generalmente son muy numerosos y se sitúan en el borde de la boca, típicamente tienen varias cúspides cortantes, pero también pueden ser como navajas con los bordes aserrados. Están insertos en la piel de las encías, no encontrándose fijados en las mandíbulas como ocurre en los peces óseos.

SISTEMA MUSCULAR.
Básicamente tienen dos grupos de músculos: el rojo y el blanco.
En un tiburón típico, el músculo rojo se encuentra justo debajo de la piel, tienen una excelente irrigación y realiza la oxidación aeróbica; su función seria la de mantener la natación lenta de crucero.
El músculo blanco esta muy poco irrigado, funciona de manera anaeróbica y se utiliza en los rápidos y cortos sprints.
Los músculos del cuerpo y de la cola son segmentarios y sirven para producir las ondulaciones laterales del tronco y de la cola, necesarios para la natación.
En la región de las aletas pares, branquiales y de los órganos de la cabeza, hay músculos mas especializados.
Los dientes viejos son empujados hacia fuera de las encías, donde se rompen. Sirven para sujetar las presas, pero no tienen una función masticadora.
La cavidad bucal se continúa con una faringe ancha, a cuyos lados están las aberturas que conducen a las hendiduras branquiales y a los espiráculos que les permiten respirar estando inmóviles o semienterrados, después se encuentra el esófago que desemboca al estómago, (con forma de “J”) este termina en un músculo circular, la válvula pilórica, a continuación encontramos un intestino valvular recto y corto que se prolonga hasta el ano.
El intestino, que recibe secreciones del hígado y páncreas, posee un complicado repliegue que recibe el nombre de “válvula espiral” y sirve para disminuir la velocidad del paso del alimento y aumentar la superficie digestiva y de absorción del intestino.
El aceite del voluminoso hígado, constituye por término medio el 20% del peso del animal, permitiendo una importante ayuda a la flotabilidad de este grupo carente de vejiga natatoria que ha de nadar continuamente para no hundirse.

SISTEMA CIRCULATORIO.
El corazón se encuentra situado debajo de la región branquial, en un saco que es el pericardio. Está formado por un seno venoso dorsal con las paredes delgadas que va seguido de la aurícula, un ventrículo de paredes gruesas y el cono arterioso.
Toda la sangre que pasa por el corazón es pobre en oxígeno.
El sistema circulatorio tiene varios pares de arcos aórticos, aorta dorsal y ventral, sistemas porta-renal y porta-hepático.

SISTEMA RESPIRATORIO.
Las especies pelágicas nadan con la boca y las hendiduras branquiales abiertas, de modo que el agua fluye sobre las branquias.
Es las especies bentónicas el agua entra por la boca, mediante la contracción de las bolsas branquiales se expulsa a través de las hendiduras branquiales. Las branquias tienen numerosos filamentos alargados que contienen capilares por donde la sangre fluye en dirección opuesta a la corriente de agua, esta especie de “contracorriente” hace que la absorción del oxígeno y la descarga del dióxido de carbono por parte de la sangre sea más eficiente.

SISTEMA EXCRETOR.
Los únicos vertebrados que pueden retener la urea son los peces cartilaginosos. Sus branquias son impermeables a esta sustancia y los túbulos nefríticos de sus riñones son capaces de hacer regresar la urea a la sangre, de este modo pueden retener de un 2 a un 25% de cloruro y crea en la sangre, consiguiendo que ésta y los líquidos de su organismo sean ligeramente hipertónicos respecto al agua de mar.
Absorben algo de agua por las branquias y la bucofarínge, por lo que no necesitan beber. La eliminación de la orina es pequeña.

lunes, 8 de febrero de 2010

Definición de tiburón.

Es un pez sin espinas, con la boca en la parte inferior, sin escamas, con la piel aspera y gruesa, y varias aperturas branquiales que no están en posición ventral.

domingo, 7 de febrero de 2010

Tienen una serie de características que los diferencian del resto de peces. Por ejemplo, no tienen espinas sino cartílago, carecen de escamas, etc.
Son más antiguos que los dinosaurios.
Hoy unas 400 especies pueblan los mares del planeta. No todos son peligrosos y los hay tan pequeños como una sardina o tan grandes como una ballena.







En las imágenes se puede ver una cría de Rhincodon typus (tiburón ballena), y un fotógrafo muy valiente haciendo fotos a un gran Carcharodon Carcharias (tiburón blanco).

sábado, 6 de febrero de 2010

Diferencia con los otros peces.

Los condrictios o peces cartilaginosos incluyen a los tiburones, rayas y quimeras.
Hay unas 800 especies vivientes en esta clase. Son carnívoros y localizan a sus presas mediante el sistema de la línea lateral y grandes órganos olfativos.
Poseen un esqueleto cartilaginoso que puede estar más o menos calcificado pero nunca es óseo.
Sus aletas carecen de los radios que se presentan en los peces óseos por lo que no se pueden abatir y permanecen siempre erectas, tan solo las aletas pectorales pueden realizar movimientos de subida y bajada para controlar la flotabilidad.
Las aletas pelvianas están modificadas en el macho como “órganos de cópula” o “pterigópodos”.
Las hendiduras branquiales (de 5 a 7) son visibles desde el exterior, mientras que en los peces óseos están cubiertas por placas.
Poseen piel gruesa, cubierta por escamas placoideas (dentículos dérmicos) que tienen la forma y estructura de un diente.
Tienen cola heterocerca.
Carecen de la vejiga natatoria que generalmente se encuentra en los peces óseos.
Conservan su urea en sangre en proporción notable y ella le sirve para la osmoregulación.
Boca ventral y dos sacos olfatorios que no se abren a la cavidad bucal.
Sentidos del olfato, recepción de vibraciones y electrorrecepción muy desarrollados; visión moderadamente eficaz.

viernes, 5 de febrero de 2010

¿Qué son los tiburones?

Una serie de características únicas separan y diferencian a los tiburones del resto de peces.
Algunas estimaciones cifran en 25000 el número de especies vivas de peces que pueblan los mares del planeta; éste es sin duda el grupo de animales superiores que más éxito ha tenido en toda la historia desde el origen de la vida.
De entre los peces, precisamente la de los tiburones es una de las formas más antiguas. Cerca de 400 tipos de tiburones pueblan las aguas de todos los mares del mundo y su antigüedad supera como mucho a los dinosaurios, de hecho algunos restos fósiles de peces casi idénticos a los tiburones actuales tienen unos 400 millones de años, lo que demuestra que estos animales hace mucho tiempo que están en la cima de la evolución. Su forma hidrodinámica perfecta, su nadar lento y equilibrado ratifican que se encuentran cerca de la perfección en forma animal. La diferencia con los otros peces pasa fundamentalmente por el hecho de que los tiburones tienen el esqueleto cartilaginoso, sin espinas.
Además los peces óseos poseen únicamente un par de aberturas branquiales protegidas por unas formaciones duras (opérculos) que comunican las agallas con el exterior.
Por su parte los tiburones presentan de cinco a siete aperturas branquiales protegidas solo por la piel.
Como curiosidad, reseñar que algunos tiburones tienen unas oquedades tras los ojos que les sirven para respirar cuando están quietos o dormidos.
Otras de las diferencias con los peces óseos es la “piel”.
Los tiburones están protegidos por una “piel” gruesa y áspera formada por unas placas o pequeñas escamas llamadas “placoideas”, formaciones protectores de la epidermis de constitución semejante a un diente.
Los dentículos dérmicos están formados por un material similar, dentina-recubierta de esmalte, dejando en su interior una cavidad “pulpar” que contiene unos vasos minúsculos.
También las aletas son muy diferentes a la de los peces óseos. Mientras que los otros peces, en general, pueden mover las aletas, los tiburones no las pueden abatir y las mantienen siempre en su posición, implicando en ellos ciertos cambios en su forma de nadar.
Normalmente los tiburones son incapaces de detenerse de golpe, de frenar una vez lanzados, también les resulta imposible nadar marcha atrás.
Otros rasgos fisiológicos diferentes son: la posición de la boca, que es ventral, la carencia de dientes faríngeos, la cavidad bucal de paso directo al estómago (prácticamente no tienen esófago), carecen de vejiga natatoria y su flotabilidad es negativa, viéndose obligados a nadar constantemente para no hundirse.

jueves, 4 de febrero de 2010

Tiburones

La limitada percepción humana de lo que supone el concepto “tiburón” nos lleva a imaginar a un ser maligno y perverso que persigue y se come a la gente. Difícilmente podemos concebir tiburones pequeños, cariñosos, sociables o inteligentes. Las películas, las leyendas y nuestra memoria atávica nos hacen relacionar inmediatamente al tiburón con un “monstruo”. Pero la cuestión es algo más compleja y, aunque efectivamente algunas especies de tiburones son capaces de atacar a un ser humano, lo cierto es que la mayoría de estos animales son devorados por los hombres y no al contrario.
Un tiburón nunca será comparable con a los entrañables delfines o las bucólicas ballenas. Resulta casi imposible ponernos ni por un segundo en el lugar de un tiburón, nadando en la oscuridad de la noche en busca de sus congéneres o presas. Todas son incógnitas para nosotros. ¿Cómo se relacionan? ¿Qué piensan o sienten? ¿Cómo se encuentran entre ellos en la inmensidad? ¿Por qué se desplazan durante días o años por todo el globo?
Las cuestiones por resolver son infinitas.
Nosotros creemos ser los herederos de la tierra, los que merecen el cielo o el infierno, dueños y señores de un planeta que llamamos Tierra y que en realidad debería llamarse Océano. Lo cierto es que si la mayor parte de la Tierra está cubierta por agua y si los tiburones llevan nadando aquí 400 millones de años (muchos más que los dinosaurios e infinitamente más que los hombres) ¿no podría ser que los verdaderos amos del planeta fueran en realidad los tiburones?
Tal vez en unos miles o millones de años el hombre solo sea finalmente un recuerdo, un fósil, un desheredado y otro animal extinto.
Observemos con admiración y respeto a tan misteriosos e indómitos animales y disfrutemos de uno de los últimos misterios naturales del mundo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

¿Comprender a los tiburones?

Hombres y tiburones somos diametralmente opuestos. Para comprenderlos haría falta enfriar nuestro cuerpo y viajar por el azul infinito y profundo, nadando en solitario durante toda una vida, con la boca entreabierta, con las aletas suavemente onduladas, con la piel áspera y húmeda, sin fronteras, sin familia ni hogar, solo con la luz de las estrellas en la superficie y el futuro repartido por las aguas del mundo.

martes, 2 de febrero de 2010

Los selacimorfos (Selachimorpha, del griego selachos, tiburón y morphé, forma) son un superorden de condrictios (peces cartilaginosos) conocidos vulgarmente con el nombre de tiburones, o también llamados escualos.
Se caracterizan por ser grandes predadores
. Los tiburones incluyen desde especies pequeñas de las profundidades marinas, hasta el tiburón ballena, el mayor de los peces, el cual se cree puede llegar a medir una longitud de 18 m y se alimenta únicamente de plancton. El tiburón toro, puede desplazarse a agua dulce y algunos ataques de tiburones han ocurrido en ríos. Algunas de las especies mayores, en especial el tiburón mako y el tiburón blanco, son endotermos parciales, capaces de mantener parcialmente su temperatura corporal por encima de la que se encuentra el medio acuático en el que viven.